SUPLEMENTO ESPECIAL - ENRIC VALOR

Muere el patriarca de las letras valencianas

Valor, con su inseparable sombrero, en la sede de Levante-EMV. m. molines

Enric Valor i Vives (Castalla, 1911), escritor y lingüista valenciano, falleció ayer a los 88 años en Valencia. Autor de obras fundamentales para la recuperación de la lengua autóctona y su tradición oral, con él se pierde el último gran nombre de las letras valencianas del siglo XX y el principal baluarte en el compromiso cívico en defensa de la cultura valenciana. La capilla ardiente se ha instalado en el paraninfo de la Universitat de València y el entierro se celebrará esta tarde.

El patriarca de las letras valencianas, Enric Valor, falleció a mediodía de ayer en Valencia, rodeado de su familia. Nacido el 22 de agosto de 1911 en su estimada Castalla, el escritor y lingüista residía en el número 70 de la gran vía de Fernando el Católico, en casa de su hijo mayor, Enric Valor Hernández, desde hace unos años. Allí precisamente le sobrevino la muerte poco después de comer. Enric Valor empezó a sentirse indispuesto alrededor de las 15 horas y ya nada pudo hacerse. La familia señaló que, al darle la pastilla que solía tomar después del almuerzo, perdió el conocimiento y no respondió.

El pesar de los hijos y nietos por la pérdida del escritor sólo se reconfortaba ayer tibiamente con la certeza de saber que no había sufrido en sus últimos momentos. «Afortunadamente sólo fueron cinco minutos», explicaba ayer su hijo mayor, quien destacó el profundo amor a la lengua y la cultura valenciana y su labor por la recuperación de la lengua autóctona.

La salud de hierro de Enric Valor no pudo resistir el achaque de los años, cuyo paso había combatido con una extraordinaria lucidez hasta hace unas semanas. Leía, recitaba poemas de memoria y conservaba intacta su sonrisa característica pese a rozar los noventa años. Desde Navidades a esta parte, sin embargo, los familiares habían notado un bajón en su estado. Uno de sus últimos momentos de vitalidad sería el acto organizado por la Universidad Politécnica para nombrarle doctor honoris causa.

Enric Valor tuvo que rescindir su afición a las caminatas en 1997, cuando una caída limitó su movilidad. Hasta entonces se recorría media Valencia, la ciudad en la que residía desde los años treinta, en sus habituales paseos, tocado siempre de su inseparable sombrero. El accidente coincidió con un cierto desánimo, provocado por dos problemas familiares. A la grave enfermedad de su esposa se sumó el fallecimiento de uno de sus cuatro hijos, una filóloga que trabajaba en Alemania.

El escritor, que en los últimos tiempos vivía alejado de la vida pública pese a los numerosos homenajes recibidos, publicó su última obra en 1996. Un fonamentalista del Vinalopó i altres contarelles es, según su familia, su postrera aportación literaria. Con este libro, que reúne ocho narraciones breves ambientadas en los años treinta, ponía el broche de oro a una carrera de las letras que había inaugurado con L´ambició d´Aleix, editada en los sesenta, aunque mutilada por la censura.

La muerte del gran rondallista valenciano conmovió ayer a numerosas personalidades del mundo cultural, social y político valenciano, que se dieron cita en casa del hijo del escritor para mostrar su pésame por la pérdida.

La familia había previsto inicialmente instalar la capilla ardiente del escritor en un tanatorio de la ciudad, para dar la oportunidad a todos los valencianos de despedirse del escritor. La Universitat de València, sin embargo, se ofreció de inmediato a ceder el paraninfo de la sede universitaria de la calle de la Nau a uno de sus doctores honoris causa.

El féretro del rondallista valenciano llegó a las 19.45 horas de la tarde a la universidad. La comitiva fúnebre, integrada por seis vehículos de la familia y personas cercanas al escritor, estaba custodiada por dos coches de la guardia de honor del ayuntamiento de la ciudad, enviados por el consistorio. Allí aguardaban numerosas personalidades y una representación de la Universitat, encabezada por el rector Pedro Ruiz. Éste se mostró consternado por la pérdida del lexicógrafo, de quien destacó su labor en la recuperación y permanencia del léxico y la tradición oral valenciana, que el escritor trató de recopilar durante muchos años. Tanto Ruiz como el propio primogénito de Enric Valor quisieron recordar las trabas que desde algunas instituciones se ha puesto en los últimos años al reconocimiento de la trayectoria y obra del escritor. Su hijo Valor Hernández fue explícito al afirmar que su padre había sido siempre una personas comprometida con el nacionalismo de izquierdas, aunque dijo que ello no debía ser motivo para que instituciones gobernadas por formaciones de la derecha no valoraran su trabajo literario e intelectual.

La capilla ardiente para que los ciudadanos puedan dar su último adiós al escritor se abrirá al público a las diez de la mañana de hoy. Desde su llegada al paraninfo, el cuerpo del escritor estuvo acompañado de familiares, amigos y numerosos representantes de colectivos culturales y nacionalistas, que velaron su cuerpo durante toda la noche. Entre los representantes políticos presentes se encontraban toda la plana mayor del Bloc Nacionalista Valencià -partido al que se afilió el año pasado-, como Pere Mayor, Enric Morera o Enric Capilla. También estaban miembros de Nova Esquerra, como el ex diputado Albert Taberner o el congresista Ricardo Peralta. También se acercaron hasta el paraninfo el secretario general de Comisiones Obreras del País Valencià, Joan Sifre; los editores Rosa Serrano y Eliseu Climent, o el profesor Vicent Franch. El diputado socialista Baltasar Vives se acercó hasta el domicilio del hijo mayor para dar el pésame a la familia.

Tradición universitaria

El sepelio civil del escritor tendrá lugar hoy a las cuatro de la tarde. Siguiendo el protocolo de todos los doctores, el birrete, los guantes y la medalla de honoris causa coronará el féretro del escritor, que dará tres vueltas al claustro a hombros de los presentes, alrededor de la estatua al humanista Lluís Vives, tal como marca la tradición universitaria. Este acto estará acompañado de una lectura de textos extraídos de diversas obras del autor, a la que pondrá voz probablemente el periodista Antoni Mestre. Posteriormente el rector de la Universitat de València, Pedro Ruiz, pronunciará unas palabras en memoria del rondallista valenciano.

Después de este homenaje, el féretro del escritor será llevado a hombros por una amplia comitiva hasta la plaza del Ayuntamiento de Valencia, aunque previamente se habrá escuchado la Muixeranga interpretada por una dolçaina y un tabalet a las puertas de la universidad. Una vez en la plaza del Ayuntamiento un coche fúnebre lo trasladará hasta el Cementerio General de Valencia, donde está previsto que sea enterrado a las cinco de la tarde. La familia señaló ayer que el escritor no había expresado ninguna voluntad especial para el momento de su muerte.

Además de las personalidades que se acercaron hasta la calle de la Nau, numerosas entidades e instituciones mostraron sus condolencias a la familia. Presidencia de la Generalitat remitió ayer un telegrama a la familia en el que mostraba sus condolencias por la muerte del escritor. Por su parte, el Ayuntamiento de Valencia, que en su día se negó a dedicarle una calle al escritor de Castalla, ha instalado en la puerta principal del edificio un libro de firmas para que los ciudadanos puedan expresar su pésame y reconocimiento a la figura del literato.

La alcaldesa ha enviado también un telegrama de pésame a la familia y una corona de flores. La comisión de gobierno del consistorio elaborará una moción para reflejar el pesar de la ciudad por la pérdida de tan destacado escritor valenciano.


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«Un luchador y gran escritor valenciano»
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